El pueblo donde el Sol desaparece durante 65 días
Si te dijeran que hay un lugar donde el Sol se despide durante más de dos meses cada invierno, ¿te atreverías a visitarlo? Bienvenido a Utqiagvik, Alaska, un rincón tan remoto y fascinante que parece sacado de un cuento (de terror si te da miedo la oscuridad).
El pequeño pueblo de Utqiagvik, también conocido como Barrow, vive un fenómeno conocido como la noche polar y, aunque a primera vista podría sonar aterrador, resulta ser una de las experiencias más asombrosas y mágicas del planeta.

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¿Qué es la noche polar y por qué ocurre?
La noche polar ocurre en las regiones cercanas al Círculo Polar Ártico, como por ejemplo en el pueblo de Utqiagvik, Durante el invierno, la inclinación del eje terrestre deja a estos lugares de espaldas al Sol, provocando que este no se eleve por encima del horizonte durante semanas o incluso meses. En el caso de Utqiagvik, la última puesta de sol se produce el 18 de noviembre y no se vuelve a ver al astro rey hasta el 22 de enero.
Pero no te imagines oscuridad total todo el tiempo. Durante unas pocas horas al día, el cielo adquiere un tono azul oscuro o violeta, como si estuviera atrapado en un crepúsculo eterno. Este resplandor tenue, conocido como «crepúsculo polar», es suficiente para iluminar ligeramente el paisaje y darle un aire místico.

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¡La vida sigue, y cómo!
A pesar de la oscuridad, la vida en Utqiagvik no se detiene. Sus habitantes, que suman unas 5.000 personas, están perfectamente adaptados a estas condiciones extremas. La pesca, la caza y las actividades comunitarias en interiores se convierten en el pan de cada día. Incluso, la falta de luz solar sirve como excusa perfecta para reunirse y disfrutar de las tradiciones locales, que incluyen cuentos y música.
Por supuesto, también hay que lidiar con temperaturas, digamos un tanto frescas, ya que bajan de los -25ºC, algo que incluso para los «chicarrones y chicarronas del norte» podría ser un motivo para no visitar el pueblo. Pero si hay algo que define a los Utqiagvikenses, es su resiliencia. Y no creas que todo es trabajo y supervivencia: durante la noche polar, el cielo se convierte en el escenario perfecto para uno de los espectáculos naturales más hipnotizantes del mundo: las auroras boreales.

Cuando el Sol desaparece, las luces del norte toman el protagonismo. Las auroras boreales, con sus tonos verdes, rosas y morados, pintan el cielo como si fueran una obra de arte celestial. Este fenómeno ocurre gracias a las partículas solares que chocan con la atmósfera terrestre, y la ausencia de luz solar lo hace aún más visible. ¡Prepárate para quedarte sin palabras ante este espectáculo de otro mundo!
¿Cómo sobrevivir (y disfrutar) la noche polar?
Si decides aventurarte a visitar Utqiagvik, aquí tienes algunos consejos:
- Lleva ropa térmica: Vestirse como una cebolla con ropa térmica (capa tras capa) es clave para no convertirte en un cubito de hielo humano.
- Adapta tu reloj interno: Con tanto tiempo sin luz, la sensación del paso del tiempo puede ser confusa. Establecer rutinas claras de desayuno, comida, cena y hora de acostarse y levantarse, te ayudará a mantenerte equilibrado.
- Prueba la gastronomía local: Platos como la carne de caribú o los pescados frescos te harán entrar en calor y te conectarán con la cultura. Te sentirás como un antiguo poblador de la zona.
Apunta tu cámara al cielo: La fotografía nocturna aquí es de otro nivel. ¡Las auroras boreales serán la joya de tu galería de Instagram!
Cuando el Sol regresa a Utqiagvik
El 22 de enero, Utqiagvik celebra la primera salida del Sol con una energía que desborda alegría. Este evento marca el final de la noche polar y el renacer de la luz. Es un recordatorio poderoso de la resiliencia humana y de cómo, incluso en la oscuridad más profunda, hay belleza y esperanza. Ahora es tiempo de 80 días seguidos sin que el sol se ponga. Alaska es un territorio de grandes contrastes y este, es una muestra muy clara (sobre todo a partir de esta fecha) de ello.
Creo que viajar a Utqiagvik no es para todos. Hay poco o nada para hacer, está realmente lejos, hace mucho frío, no hay sol… pero si buscas una experiencia que desafíe tus sentidos y amplíe tu visión del mundo, este es el lugar. La noche polar no solo es un fenómeno natural impresionante, sino también una lección de cómo adaptarse y encontrar la magia en lo inesperado. ¿Te atreves a vivirlo y a contarle al mundo que fuiste a donde el Sol desaparece?
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