El viaje a ninguna parte
El próximo 22 de Agosto, la aerolínea japonesa ANA realizará un vuelo con pasajeros cuyo destino es el mismo lugar que su origen. Un viaje a ninguna parte que ayudará a superar el mono de viajar.
¿Si tengo algo bonito por qué no enseñarlo? Esta podría ser la razón del próximo vuelo de «la tortuga azul» de la compañía aérea japonesa ANA (All Nippon Airways) que simulará la ruta habitual de sus flamantes A380 entre Tokio y Hawai. Pero no, la razón no es esa. La razón es puramente técnica.
Debido a la situación por el coronavirus, la inmensa totalidad de aerolíneas del mundo ha tenido que aparcar su flota ante la imposibilidad de realizar vuelos por el cierre de fronteras. Esta obligada medida, además de influir negativamente en las cuentas de las compañías aéreas, también afecta negativamente a sus aviones y a la tripulación.
Cada 90 días es necesario realizar, por ejemplo, el mantenimiento del tren de aterrizaje. Y para ello es necesario volar el avión. También influyen otras cuestiones como los certificados de la tripulación y otros sistemas de navegación. Así que hay que sacar los aviones a surcar los cielos al menos durante unos minutos aunque esto suponga un importante desembolso económico para las aerolíneas.

Las tortugas de ANA surcan los cielos sin destino
Ya el pasado mes de junio, se realizó un «viaje a ninguna parte» con uno de los A380 de All Nippon Airways, el conocido como «la tortuga verde esmeralda» debido al divertido diseño de su exterior. El avión de dos plantas salió a los cielos por primera vez después de casi tres meses, sin pasajeros a bordo, desde la pista de Narita (Tokio) para dar una vuelta en el aire y aterrizar nuevamente 26 minutos después.
Es ahora cuando se ha decidido realizar un vuelo por los mismos motivos pero con pasajeros y un ambiente que recuerde a los viajes que se llevaban realizando hasta el momento en el que Hawai (Estados Unidos) cerró las fronteras de los vuelos procedentes de Japón.

Un vuelo de 90 minutos, 150 euros, ambiente hawaiano y regalos
Este vuelo saldrá de Narita (Tokio) a las 11:00 y tendrá una duración de 90 minutos en los que dará vueltas por los cielos de la capital de Japón. Al ser la ruta específica por la que se adquirió el gigante modelo de Airbus, los tripulantes tratarán de crear un ambiente hawaiano para que los pasajeros puedan experimentar, de alguna manera, la sensación de volar a estas maravillosas islas del Pacífico norte.
Los pasajeros de este viaje a ninguna parte recibirán un «certificado de vuelo» y diferentes regalos con los que acreditar el sorprendente hecho y amenizar la simulación de lo que antes conocíamos como viajar. Por no hablar de poder disfrutar de esta maravillosa obra de la ingeniera abocada a la desaparición como ya hablamos en este artículo.
En clase turística, a un precio de 150 euros aproximadamente, los pasajeros serán agasajados con una mochila HONU, un bolso elaborado con materiales ecológicos, etiquetas para equipaje y un juego de cubiertos elaborados en bambú.
Por su parte, los viajeros de business, a 280 euros aproximadamente el pasaje, disfrutarán de un kit de amenities de la marca Fred Segal y un termo de acero inoxidable. Mientras que los afortunados viajeros de Primera, recibirán, tras pagar su billete de casi 400 euros, un kit de la marca de lujo Globe Trotter y un termo hidroeléctrico.
Se trata, sin duda, de una iniciativa diferente que les ha supuesto un importante impacto publicitario y que quizá quite «el mono de avión» a muchos, pues la aerolínea prevé una alta demanda de estos billetes por lo que se plantea realizar un sorteo entre todos aquellos que quieran comprar el vuelo. El vuelo del viaje a ninguna parte.

ESCRITO POR:
Israel Gutier
Fotógrafo especializado en viajes y copywriter. Ha vivido en diferentes países de Asia mientras hacia reportajes fotoperiodísticos y dio la vuelta al mundo en 80 días para recordar su infancia.