Le rompieron las patas por una foto con turistas
El pasado mes de marzo una organización animalista rescató de un doloroso cautiverio a Simba, un joven león que utilizaba un «fotógrafo» como reclamo para que los turistas se hiciesen selfies con él y al que decidió romper sus patas traseras para limitar su movilidad.
Un caso más donde los animales son usados de manera indiscriminada, y sin ningún tipo de control, por algunas personas, empresas u organizaciones, con el fin de lucrarse a su costa y con la ayuda de los turistas que «caen en la trampa».
En esta ocasión ha sido en la República de Daguestán, antigua república miembro de la URSS. El maltratador, un hombre con una cámara de fotos que robó de la protección de su madre a Simba, la víctima; mientras, los cómplices de este horror, fueron los turistas que visitaban las playas del Mar Caspio y pagaban por tener un selfie con el cachorro.
Tortura y maltrato por una foto
Según indica Yulia Ageeva, líder de la misión de rescate de Simba, cuando localizaron al joven león, este parecía no haber sido alimentado y tenía evidencias de haber sufrido diferentes tipos de maltrato. El veterinario encargado de su recuperación, Karen Dallakyan, dijo que era un milagro que el cachorro estuviera vivo.
Simba ya en el veterinario
Con menos de 5 meses de edad, Simba «paseaba» por las playas de Sochi tras haber sido secuestrado a las pocas semanas de nacer. Su trabajo consistía en posar con los turistas sin dar muchos problemas. Tras todo un verano de duro trabajo, sus «cuidadores» le rompieron las patas con el fin de limitar su movilidad ante su rápido crecimiento y tener así unas sesiones de trabajo más plácidas. Al mismo tiempo le hirieron también la columna vertebral y le dejaron al borde de la muerte debido a estas heridas y a las diferentes infecciones que sufría.
Dallakyan operó a Simba, que también había sufrido úlceras por presión, obstrucciones intestinales y atrofia de los músculos de las extremidades posteriores, tras recibirlo desde el granero en el que había sido encontrado atado y sin apenas esperanza de vida.
Ahora Simba ha vuelto a andar y se recupera feliz y hambriento de una experiencia que le dejará secuelas físicas para el resto de su vida y que, al menos entre todos los viajeros y turistas, tenemos que tratar de erradicar. Desde TravelPhotoMagazine alentamos un turismo y viaje responsable, que trate de cuidar y respetar la naturaleza, la cultura y por supuesto a todos los seres vivos de aquellos lugares que visitamos.