«Mierda» y asco en Las Vegas
En «Miedo y asco en Las Vegas» Hunter S. Thompson, cuenta «a su manera» las aventuras sufridas durante un viaje a Las Vegas para la realización de un fotorreportaje sobre una carrera de motocross. Un viaje que se convierte en una caótica aventura en la que el reportero y su amigo -y abogado- Dr. Gonzo, se ven envueltos en una espiral de consumo de drogas, fraudes y destrucción.
Las Vegas ha sido un escenario frecuente para la realización de películas -la novela de Thompson fue llevada al cine por Terry Gilliam con una delirante actuación de Johnny Depp y Benicio del Toro- en las que se muestra normalmente el lujo y la oscuridad de esta ciudad «fantasma» en mitad del desierto.
Pero la película sobre Las Vegas que la semana pasada llamó la atención de Twitter versa su trama sobre una suciedad distinta. Ya no se trata de un guión sobre la bajeza humana enmascarada en ansias por triunfar y cumplir «el sueño americano» como suele ser habitual. Este guión va más allá, la trama es la mierda. La mierda -literal- que hay en las piscinas de los hoteles de Las Vegas.
Un especialista en guerra biológica y Twitter
A finales de la década de los 90, Dan Kaszeta trabajaba en el departamento de terrorismo químico y biológico de la Oficina Militar de la Casa Blanca. «El Gobierno apenas comenzaba a tomar en serio el terrorismo químico, biológico, radiológico y nuclear, el ántrax y todas esas cosas», comenta en el hilo de twitter que se hizo viral hace un par de semanas.
«Entonces» continua Kaszeta, «un día, recibí una llamada telefónica en la Casa Blanca». Un compañero de otra agencia federal necesitaba la ayuda del experto en guerra química y biológica: «Dan, tienes que ayudarme. Estoy trabajando en un caso en Las Vegas. Probablemente no sea nada, pero podría ser algo biológico. Pero necesito acceso a un laboratorio que pueda mantener esto en secreto hasta que sepamos cómo tratarlo».
“Las Vegas pool enthusiast” twitter is pushing back on this. I’ll explain what I know. https://t.co/xzypKMGQJl
— Dan Kaszeta (@DanKaszeta) May 26, 2020
Kaszeta hizo uso de sus contactos, tras años trabajando para el gobierno, y consiguió que se realizase un análisis químico y biológico completo de la muestra entregada junto a otras muestras de control, en este caso «incluyendo agua del grifo y algo de agua de piscina. De un gran hotel».
Dos días después, el especialista en terrorismo químico y biológico recibió una llamada urgente en mitad de la noche desde la centralita de la Casa Blanca: «Dan, el laboratorio está muy ansioso por hablar contigo».
Nunca te metas en una piscina en Las Vegas. Ni siquiera toques el agua
El laboratorio ya tenía el resultado de los análisis. Para preservar el secreto del caso, tal y como le había pedido su compañero, las muestras no estaban etiquetadas y el laboratorio no sabía qué muestra era cada una. «Resulta que el líquido sospechoso que había iniciado la investigación era algo relativamente inofensivo como la glicerina» explica Dan Kaszeta. El problema se encontraba en el agua de la piscina.
La muestra del agua de la piscina resultó ser «la tienda de los horrores», bautizada así por Kaszeta. «Pregunté a los científicos qué había en esa muestra. Dijeron que era más fácil decir lo que NO ESTABA en ella». Niveles alarmantes de Giardia y Cryptosporidium, ambos altamente resistentes al cloro. Adenovirus, campylobacter. Una gran cantidad de metabolitos de orina humana. Materia fecal humana, mamífera y aviar. Rastros de cocaína, ketamina y varios opiáceos diferentes y «una sopa de otras cosas que ni siquiera sabía que existían». Toda una escena de «Miedo y asco en Las Vegas» en el agua de la piscina de uno de sus hoteles.
Años más tarde, Kaszeta repitió los análisis con muestras de más hoteles para comprobar si aquello fue una situación extraordinaria. «Misma mierda, año diferente» sentencia en su hilo viral de twitter.
Es cierto que -lo dicen diferentes estudios– las piscinas públicas pueden ser un foco de propagación de diferentes enfermedades. Pero también es cierto que ir a un hotel en Las Vegas y no refrescarte en la piscina tras un día Street Boulevard para arriba, Freemont Street para abajo, es muy difícil.
Son años ya disfrutando de piscinas, ríos y masas de agua alrededor del mundo y aquí seguimos. Y de nuevo, es también cierto que algo huele raro en las piscinas de Las Vegas, pero, ¿qué sería de un viaje en la ciudad del pecado sin apostar todo al rojo o negro?
ESCRITO POR:
Israel Gutier
Fotógrafo especializado en viajes y copywriter. Ha vivido en diferentes países de Asia mientras hacia reportajes fotoperiodísticos y dio la vuelta al mundo en 80 días para recordar su infancia.