Nenets, los cowboys de Siberia
Siberia está considerado como uno de los lugares más inhóspitos de nuestro planeta, donde el ser humano ha tenido que ajustarse a uno de los modos de vida más duro e inclemente. En la península de Yamal, una remota área del norte de Rusia, concretamente en el norte de Siberia Occidental y por encima del Círculo Polar Ártico, se asentaron hace milenios una tribu nómada, los Nenets.
- Equipo: Retrato, angular, trípode
- Visado: Obligatorio
- Presupuesto: 100 € por día*
- Vacunas: No obligatorias*
Los Nenets, un pueblo formado por unos 40.000 pastores nómadas, son conocidos como los cowboys siberianos. Son pastores de renos, y su vida itinerante los lleva a través de la tundra siberiana en busca de los mejores pastos para el rebaño. Su vida entera es dedicada al reno, al que veneran y aman, y al que cuidan por encima de todo ya que es su sustento de vida. Yamalia, en el idioma de los Nenets indígenas, significa «el fin del mundo”. Es un lugar remoto, azotado por el viento, de permafrost, con ríos serpenteantes, arbustos enanos y, desde hace más de mil años, el hogar de estos pastores de renos.
La vida de un Nenet
Hace unos años que empecé a tener conocimiento de estas tribus, pues ni tan siquiera en Rusia son conocidos. Es más, la península de Yamal es realmente el fin del mundo para muchos rusos. Desde que algunos fotógrafos de viajes empezaron a adentrarse en la tundra y fotografiarlos hace unos pocos años, la curiosidad sobre el lugar y los Nenets fueron en aumento. Desde entonces he querido experimentar la vida de nómada en la tundra y ser testigo de un modus vivendi ancestral. Lo que era una curiosidad se convirtió en uno de los viajes más extremos pero revelador al mismo tiempo.
Las condiciones de vida son duras en Siberia, y no mejoran por el hecho de ser turista. Si quieres experimentar la vida de un Nenet, la experimentarás con todas las consecuencias. Y esto es lo que hice, me despojé de todas las comodidades por unos días para experimentar el más puro estilo de vida nómada. Compartí espacio con una familia de 13 personas durante 24 horas varios días, un espacio donde se cocina, se duerme y se descansa, la famosa tienda Nenet llamada Chum.
- Actividades 40%
- Comida 50%
- Descanso 60%
- Seguridad 80%
La tienda es de base redonda (unos 10-15m de diámetro), la estructura son unos troncos puestos en forma de cono que se unen en el centro. Estos troncos están cubiertos por grandes lonas y en invierno se cubren con pieles de reno para que concentre más el calor en el interior de la tienda. En la parte de arriba donde los troncos se atan con una cuerda, hay una apertura por donde sale la tubería de la estufa, así que en cierta manera entra frío o incluso agua si llueve.
Durante el día la tienda esta despejada de camas, es solamente por la noche cuando se sacan las pieles de reno para usarlas como colchón. No hay sillas ni mesas, se come en el suelo en una especie de tablero de corcho. Los platos se lavan (por así decirlo) en un pequeño recipiente sin jabón, por lo que a veces es mejor evitar mirar “la cocina”.
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Fui testigo y participante de una vida muy básica, y disfruté de una familia que, a pesar de vivir en condiciones tan básicas, abrieron las puertas de su hogar sin ninguna reticencia a unos desconocidos cargados de tecnología, abrigos de última generación y con costumbres muy sofisticadas a ojos de un Nenet.
Cómo encontrar a los Nenets en la tundra
Al ser nómadas, migran cada semana (menos en invierno que permanecen más cerca de la ciudad) de un lugar a otro, con lo que ir a buscarlos es toda una aventura. Normalmente la familia está avisada antes por el guía local que unos turistas vendrán a pasar unos días, así que deben de dar indicaciones muy concretas de dónde se encuentran en medio de la tundra.
El acceso no es fácil, la tundra es un terreno difícil caracterizado por el subsuelo cubierto de musgos y líquenes. Para recorrer la tundra se necesitan unos camiones llamados EcoTrail. Con una estética muy soviética, son camiones de ruedas enormes para poder atravesar el inclemente terreno. Depende de la temporada en la que vayas, puede estar completamente nevada o en el típico estado de permafrost.
La capital de Yamal es Salekhard, considerada la ciudad más antigua de Siberia. Es el punto de salida para visitar los Nenets, ya que dispone de varias conexiones áreas con Moscú. Llegar hasta la zona por donde se mueven los Nenets puede ser un recorrido de varias horas, siempre dependiendo de dónde se encuentren en ese momento. En invierno se cruzan los ríos congelados, mientras que el resto del año se puede utilizar un ferry. La península de Yamal tiene una geografía un tanto desafiante con varios ríos y lagos, así que realmente es toda una aventura.
Nuestra llegada fue un poco accidentada al principio ya que nos perdimos en medio de la nada, pero al final uno de los jóvenes Nenets salió con su moto de nieve a buscarnos y, con un espejo reflector, hizo señales desde donde se encontraba. Seguimos la dirección de la luz del espejo hasta que le alcanzamos y nos guió a su casa.
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Cosas sencillas que son tan diferentes en Siberia
Creo que bajar del EcoTrail (donde la calefacción estaba a tope y acabamos en camiseta de manga corta) a suelo Nenet fue unos de los momentos más impactantes que he vivido. No solo por el frío, sino por la espectacularidad de ver tan cerca doscientos renos con sus larguísimos cuernos descansando en un paisaje inmenso.
Nos recibieron y entramos en la tienda. Difícil de describir el primer impacto que causó, era un revuelo de gente, niños pequeños y los perros husky. La cocina estaba en el medio (bueno, concretemos, la estufa que sirve de cocina y de calefacción). No había sillas ni mesas, solo unas mantas para sentarse en el suelo. Había como una jarra colgada del techo para beber agua y lavarse los dientes y debajo de esta, la basura. El olor era muy fuerte, una combinación de carne y pescado.
La guía local nos dijo: “aquí dormiremos todos. ¿Perdón? Sí, el grupo de viajantes y la familia. Y aquí comeremos. ¿Y el baño? Pues en cualquier parte de la extensa tundra a 10 grados bajo cero”. Por supuesto, la ducha ni se te cruzaba por la cabeza. A alguien se le ocurrió preguntar por una botella de agua. La guía local nos miró y dijo: “sí, un momento que van al lago y recogen el agua allí. En aquel momento me di cuenta que para lo que un occidental es lo normal y estándar, allí no lo era. Solo quedaban dos opciones: irse o quedarse para experimentar algo que seguramente se me quedaría grabado en mi memoria.
Algunos de mis compañeros decidieron volver a Salekhard, pero unos cuantos decidimos quedarnos a pesar del frio, a pesar de la falta de instalaciones, a pesar de tener que dormir bajo el mismo techo con una familia de 13 personas que no conocíamos de nada y con la que no nos podíamos comunicar si no era a través del intérprete. Pero si hay algo de lo que estoy eternamente agradecida, es de haberme quedado. No fue fácil, sobre todo porque el frio es devastador, pero por suerte iba muy bien equipada. He recorrido muchos países, selvas, junglas y desiertos, pero las condiciones de vida que experimenté en Siberia no se parecen en nada, ni de lejos. Creo que es lo más extremo que he vivido.
El día a día de un Nenet
Una vez que nos asentamos y asumimos la realidad, nos preguntamos…. ¿Qué vamos a hacer aquí? La familia se presentó. Por supuesto ni una palabra en inglés. El intérprete nos iba traduciendo. Los Nenets hablan ruso, y se consideran rusos al 100%. A pesar de muchas discusiones sobre el origen, ellos se sienten tan rusos como un Moscovita, aunque sus vidas parezcan que transcurran en dos planetas distintos.
Los padres de la familia son Ulyana y Vasili, y tienen 10 hijos que van de un rango de edad desde un año hasta los 22 años. El matrimonio apenas sobrepasaba los 40. Ulyana ha dado a luz tanto en la tundra como en hospitales en la ciudad. Es delgada pero muy fuerte y activa, de hecho es quien monta la tienda ya que esta tarea pertenece a las mujeres. Dos de los hijos estaban en la ciudad y el resto en la tundra con ellos. Pero quienes realmente nos robó el corazón fueron los niños pequeños de la familia: Svetlana de 7 años, Gabriel de 5, Sasha (Alexander) de 3 y la pequeña Ania de tan solo un año.
La vida es rutinaria y tranquila a la vez, por la mañana los renos pastorean y hacia el mediodía, en una danza perfectamente sincronizada, los perros y los hombres de la familia, capitaneados por el patriarca, reúnen a los renos en un espectáculo de la naturaleza. Cientos de renos se apelotonan moviéndose todos en la misma dirección rodeados por los perros que con una sublime destreza los guían hacia la zona de descanso sin dejarse ni uno fuera del grupo.
Una vez que llegan al lado de la Chum, donde pasarán el resto del día y la noche, se sientan y descansan, así como los perros después de un trabajo implacable se van debajo de sus trineos a descansar. Es una escena donde los voluminosos cuernos se entremezclan en una polvorosa neblina creada por la pisada de los renos, es de una belleza indescriptible. Nos enseñaron como cortar leña (incluso los más peques de la familia tenían más destreza que nosotros), intentamos hacer un amago de Olimpiadas Nómadas, nos enseñaron como cocinar reno (solo para aquellos que no son vegetarianos), y nos llevaron de paseo en los trineos tirado por los renos.
El reno es la base de la alimentación de los Nenets, con casi inexistente acceso a las verduras, solamente patatas. También comen pescado de los lagos y una especie de compota de algunas bayas que crecen en la tundra.
Un trato que no recibirás ni en el mejor de los hoteles 5 estrellas
Toda la atención iba siempre para nosotros para que nos sintiéramos cómodos. Están tan alejados del mundo material, que ni siquiera los niños nos pidieron nada a cambio de los mil millones de fotografías que tomamos de ellos.
Ulyana, la matriarca, nos cuidó como si fuéramos parte de su clan, ofreciéndonos té durante todo el día para mantenernos calientes y poder resistir las afiladas temperaturas siberianas. Nos preparaba la cama y nos arropaba todas las noches. Nos mostró orgullosa los preciosos abrigos que confecciona para toda la familia con la piel de reno, incluso llegó a ganar el campeonato a la mejor confección en un concurso entre Nenets.
Durante la primavera-verano confeccionará los atuendos para el invierno. Nos mostró con muchísimo orgullo cómo con una aguja finísima y pequeña podía remendar las pieles de un reno. Son auténticas creaciones de arte. Los pequeños de la casa visten un abrigo como si fuera una especie de poncho de piel de reno al que no le falta detalle. En el poncho del pequeño Sasha incluso había cosido como dos orejitas de oso en la capucha, sumado a sus mejillas rosadas por el helado viento, hacía que Sasha fuera el furor de los fotógrafos del grupo. Al principio estaba abrumado, pero después se empezó a sentir más cómodo con nuestra presencia y nos provocaba para que fuéramos detrás de él con la cámara.
Nieve y la aurora Boreal antes de volver a Salekhard
Para poner la guinda al pastel, la última noche, cuando ya pensábamos que la Aurora Boreal y la nieve no querían aparecer ante nosotros, nos despertaron para que pudiéramos presenciar unos de los fenómenos naturales más hermosos de la Tierra. Las luces del norte danzaron ante nosotros para darnos la mejor de las despedidas en la tundra siberiana. Por la mañana, un manto de escarcha cubría la tundra convirtiéndola en blanca. Hasta los cuernos de los renos estaban cubiertos de ella.
Nos despedimos de los Nenets con una punzada en el corazón, pero a la vez agradecidos por el tiempo pasado juntos. Nos dirigimos a Salekhard, la ciudad más antigua de Siberia. Y la magia apareció en forma de nieve, no nos quisimos perder la primera nevada de invierno en Yamal. Salimos a la calle de noche y paseamos por las calles iluminadas con luces navideñas bajo la nieve. ¿Qué más se puede pedir en Siberia? Era la primera nevada del otoño.
Cabe decir que Salekhard, como toda ciudad Siberiana, no es muy atractiva. Cuando llegamos de Moscú, todavía no había nieve y la ciudad se mostraba gris, decadente hasta diría que depresiva. Pero al volver de la tundra, empezó a nevar. A la mañana siguiente nos encontramos con una ciudad totalmente blanca, un cielo azul y un sol brillante.
Era como si estuviéramos en otro lugar, no tenía nada que ver con la primera vez que aterrizamos allí. Hicimos un tour por la ciudad, y descubrimos cierta belleza en ella. Hay un par de museos, uno al aire libre que representa un pueblo cosaco y otro que es una mezcla de museo natural y de historia, bastante interesante.
Un viaje que nos empujó a cruzar nuestros propios límites, tanto mentales como físicos, pero la recompensa es tan inmensa que valió la pena cada segundo que pasamos allí. Eternamente agradecidos por una aventura que estará en nuestras memorias de por vida. Gracias a Ulyana, Dimitri, los jóvenes Vasili y Nicolai con sus respectivas esposas, y los pequeñajos que nos robaron el corazón: la misteriosa Svetlana, el tímido Gabriel, el adorable Sasha y la pequeña Ania. Si quieres experimentar una aventura en estado puro, sin condimentos, donde el hombre sigue a la merced de la naturaleza, Siberia es el lugar.
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GASTRO
1. Carne de reno
Es la dieta principal, todos los días se come reno. Se cocina de dos maneras: como un tartar (cruda) o pasado por una sarten.
2. Pescado de río
El pescado, recogido en el río en el mismo día, se marina y se come crudo.
3. Compota de bayas
Frutos silvestres que se transforman en una especie de compota.
GALERÍA DE FOTOS
– Cómo llegar a Siberia
Lo más fácil es aterrizar en Moscú y de allí un vuelo doméstico a Salekhard. Los retrasos en los vuelos son bastante frecuentes en otoño e invierno por las nevadas.
– Visado para viajar a Siberia
Actualmente (sin tener en cuenta el conflicto existente) para entrar en la Federación Rusa se necesita un visado que se puede tramitar en la Embajada Rusa o a través de agencia. Se necesita una carta de invitación por parte de la agencia local para obtener el visado. Aquí tienes la información actualizada de los requisitos para entrar al país.
– Vacunas + Covid 19
Para viajar a Siberia no es obligatorio tener ninguna vacuna a no ser que vengas de un país donde la fiebre amarilla es endémica. Si es así, deberás portar el carnet de vacunación que lo acredite.
Como siempre, no olvides tu seguro de viaje e infórmate acerca de todo lo necesario en cuanto a salud viajera en este artículo.
Hasta la fecha, es obligatorio resultado negativo de Covid-19 en una PCR estés o no vacunado.
– Mejor época para visitar a los Nenets
La mejor época para visitar Siberia y conocer a los Nenets es antes de que lleguen las intensas nevadas y las temperaturas excesivamente bajas de diciembre y enero, además de las pocas horas de luz. Hay una época lluviosa en octubre que quizá tampoco sea muy recomendable, aunque todo depende de lo que busques.
– Higiene en la tundra
No hay baños ni duchas. Toallitas húmedas es lo único que se puede usar. Se recomienda llevar un buen surtido. La ventaja es que con el frío es difícil que se reproduzcan bacterias y posibles infecciones.
– ¿Qué ropa llevar a Siberia?
Hay que ir muy bien equipado con ropa de expedición antártica. Hay que vestirse por capas, se recomienda empezar por lana de merino para seguir con forros polares (tanto en la parte de arriba como en pantalones) y pantalones de ski con Goretex preferiblemente. El abrigo tiene que ser para temperaturas extremas de hasta los -30 aproximadamente. Se recomiendan dos capas de guantes, uno de lana o gore tex y encima las manoplas de ski, si puede ser de plumón, mejor. Botas de nieve (un par de tallas más grandes para los calcetines) y mínimo dos capas de calcetines de lana. Es importante que el pie este un poco suelto para que la sangre circule en estas temperaturas. El gorro y capuchas son los mas importante ya que el 30% del calor generado por nuestro cuerpo se va por la cabeza, así que la cabeza tiene que estar siempre, incluso dentro de la tienda, cubierta.
– Moneda
El viaje, al ser obligatoriamente organizado, no genera gastos en la tundra donde no hay absolutamente nada donde gastar dinero. En la capital, podrás sacar dinero de los cajeros y conseguir cambio en los hoteles. Te recomendamos que eches un vistazo a nuestro artículo sobre las mejores tarjetas para sacar dinero en el extranjero para que descubras las mejores tarjetas para usar en tus viajes.
– Equipo fotográfico
Con las temperaturas tan extremas hay que vigilar las baterías de las cámaras, teléfonos, etc, ya que se descargan muy rápido. Es mejor guardarlas en algún bolsillo de tu camiseta o forro polar. Para fotografiar en Siberia se necesita de auténtica maestría, no se puede estar mucho rato sin las manoplas puestas. Se recomienda trípode y disparador remoto para conservar más el calor en las manos.
Viajar a Siberia y convivir con los Nenets es algo inolvidable pero muy duro. Si te ves capacitado para soportar esas condiciones, no lo dudes, anímate y lánzate a descubrir una forma de vida única y ancestral. Seguro que vienes cargado de experiencias auténticas y excelentes imágenes en tu cámara y en tu cabeza. ¡Buen viaje y buenas fotos!
ESCRITO POR:
Laia López
Fotógrafa y team leader de una de las mejores agencias de viaje de Medio Oriente, Laia recorre los países menos habituales de los circuitos turísticos y nos lo cuenta en TRAVELPHOTO MAGAZINE.