Viajar a Namibia

Viajar a Namibia en plena pandemia

Para aquellos que viajar es nuestro estilo de vida y lo que realmente nos mueve y nos motiva, estos seis meses donde las fronteras estuvieron cerradas (y algunos países aún siguen cerrados al turismo) nos han servido para valorar más aquello que dábamos por garantizado. Viajar a Namibia ha sido todo un acontecimiento.

Laia López

  • Equipo: Zoom (retrato), angular y trípode
  • Visado: No necesario*
  • Presupuesto:  40-100€ por día*
  • Vacunas: No obligatoria*

La resaca de la pandemia sigue, pero algunos países han decidido abrir las rutas comerciales y aceptar turistas en el país. Viajar ya no es tan fácil y accesible, pues muchos son los factores a tener en cuenta, entre ellos los requisitos de entrada y la posibilidad de testear antes de volar. África es uno de los continentes que ha abierto más países en poco tiempo, así que con las nuevas medidas internacionales podemos volver a viajar siempre respetando las regulaciones.

Uno de los primeros destinos después del confinamiento ha sido ni más ni menos que Namibia, el paraíso para los fotógrafos, pues es considerado uno de los lugares más fotogénicos del planeta tierra.

Namibia, el paraíso para los fotógrafos

A pesar de la amplitud del país decidimos subirnos a un 4×4 y recorrerlo por carretera. Hay muchísimos puntos de interés, pero Namibia es un país de contrastes, a nivel de paisaje, cultural y climático. Es la representación de Africa en un país: cataratas, desierto, sabana, costa, tribus y vida animal salvaje a doquier. Puedes pasar de morirte de calor en el desierto del Namib a 45 grados, a estar en pleno invierno atlántico en tan sólo dos horas en la costa.

Y es que la vista aérea de Namibia es un espectáculo en sí mismo donde las dunas más altas del mundo se besan con el océano atlántico. Es casi de otro mundo. Sólo vi algo parecido en la costa de Mauritania, pero la altura de las dunas no es comparable.

  • Actividades 75% 75%
  • Comida 90% 90%
  • Descanso 100% 100%
  • Seguridad 90% 90%

Namibia se independizó de Sudáfrica en 1990, es importante saber este dato para entender su situación actual y por qué es un país bastante avanzado en términos de desarrollo económico en comparación con el resto del continente. A pesar de haber vivido los horrores del Apartheid, Namibia se ha desarrollado en los últimos años basándose en sus recursos naturales como los diamantes y el uranio, convirtiéndose en uno de los países con la renta per cápita más alta de todo el continente.

Si a esto le sumamos la influencia europea de los colonizadores alemanes e ingleses, Namibia se convierte en un país africano con toques muy europeizados. Se puede observar en los edificios, parques, restaurantes y en la aún alta proporción de población blanca nacional. Si bien la riqueza sigue estando en manos de estos, el país está evolucionando para que la distancia social se reduzca.

Si te gusta la fotografía, echa un vistazo a nuestra sección de fotografía donde resolver tus dudas acerca de técnica o material fotográfico.

QUÉ VER EN NAMIBIA

Como ya mencioné anteriormente, es un país bastante extenso, así que las horas en la carretera son muchas. Nosotros recorrimos 2.500 km en 10 días, pero que esto no desanime al viajero, son horas muy entretenidas pues la vida animal salvaje forma parte del paisaje, y aun no estando en ningún parque nacional, una carretera normal en Namibia se convierte en un safari por sí solo.

Cada 20-30 minutos parábamos para observar una jirafa o grupos de ellas, antílopes bajo la sombra de un árbol, elefantes comiendo, pomposas avestruces corriendo, pumbas mamá y sus mini pumbas en fila, chacales en busca de sus presas, cebras siempre atentas al peligro conocedoras de su vulnerabilidad, babuinos al acecho de comida.

Un goteo constante de preciosas criaturas en un escenario que cambiaba cada poco tiempo, de bosques verdes a bosques secos, de la sabana africana a montaña de rocas de lava, de desiertos a una costa envuelta en niebla. Una auténtica locura. Toda Africa está allí.

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– Windhoek, la capital de Namibia

La ruta empezó en Windhoek, la capital. Lo más normal si vas a viajar a Namibia es aterrizar en su aeropuerto internacional. Si bien es una ciudad muy extensa apenas hay edificios altos, es muy placentera, soleada y organizada. La verdad es que no hay mucho que ver en la ciudad, así que nos pusimos en ruta casi justo después de aterrizar en el aeropuerto.

– Kamanjab: La tribu himba y su modo de vida

Nos dirigíamos al norte del país, concretamente a Epupa Falls, justo en la frontera con Angola. Cuando llegamos a Kamanjab empezamos a ver algunos indígenas de la tribu Himba, principalmente mujeres. La parte norte del país es territorio Himba, la tribu más característica de Namibia. Aunque hay muchas otras, los Himba siguen manteniendo su modus vivendi.

Es una tribu semi nómada, pues se instalan allí donde hay pasto suficiente para su rebaño de cabras. Viven en pequeñitas aldeas de pocas casas. Se podría decir que son poblados habitados por una familia. Tienen un jefe de la tribu y este puede tener más de una mujer. En el centro del poblado se encuentra el recinto donde mantienen el ganado y alrededor las pequeñas chocitas redondas hechas de barro y paja.

VIAJAR A NAMIBIA

Algo fundamental de los himba es respetar el fuego sagrado, que se sitúa entre la entrada del recinto del rebaño y la casa del jefe. Es una falta de respeto e incluso un insulto si un forastero pisa la zona entre el fuego y la puerta del rebaño. Hay que tener en cuenta este dato cuando se visita una de sus aldeas.

Los himba en general son muy amigables, pasamos tres horas con ellos en las que apenas nos dimos cuenta del tiempo. Nos abrieron sus puertas de par en par, mostrándonos sus diferentes atuendos, cómo cocinan o dónde duermen. La primera mujer del cabeza de familia nos enseñó también su velo de novia hecho con piel de cabra y cómo preparan el ungüento que se extienden por todo el cuerpo y que usan a su vez para crear las vistosas rastras.

Un dato curioso es que las mujeres Himba no se duchan, y este ungüento les sirve de gel, desodorante, protección para el sol y mosquitos. Cantamos y bailamos juntos (todos con mascarilla y sin contacto físico) y al final expandieron sus mantas con objetos hechos a mano para vender. Tengo que reconocer que la visita de esta tribu fue algo más relajada en comparación con otras en Etiopía u otros lugares de África. Quizá porque hacía seis meses que no veían a un turista, o quizá porque no hubo transacción económica en la visita.

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Lo que sí llevamos fue comida, sacos de harina, pasta, aceite y fruta (algo a lo que no tienen mucho acceso por la aridez del territorio), con lo que me hizo pensar que no era una familia que vivía en un poblado preparado para turistas. Más tarde mi guía me contó que unas horas antes había hablado con el jefe de la tribu para ver si podíamos ir y conocerlos. El jefe aceptó sin pedir nada a cambio, así que nos pareció correcto llevar al menos comida ya que la pandemia no les ha afectado de manera sanitaria, pero si económicamente al estar el país cerrado durante seis meses.

– Epupa Falls, una impresionante frontera natural

A pesar de la aridez del territorio, hay un enclave bellísimo en la frontera con Angola, las cataratas de Epupa, que son literalmente la frontera natural de ambos países. Es un lugar sensacional y bellísimo. No son típicas cataratas de gran altura, pero se extienden en unos 3-4 km entre baobabs sostenidos por las rocas, palmeras y bancos de arena (a veces con tranquilos cocodrilos tomando el sol). No hay fotografía que pueda captar la belleza de este lugar.

Al cabo de dos días nos subimos otra vez en el 4X4 y empezamos a bajar hacia el sur en dirección Damaraland. Otra vez experimentamos estar en pleno safari, nos encontramos grandes excrementos de elefantes por toda la carretera, así que estábamos con el aliento contenido porque las probabilidades de encontrarnos con uno eran muy altas. Y efectivamente lo encontramos todo tranquilo comiendo bajo un árbol.

El paisaje va cambiando gradualmente hasta convertirse en un terreno de montañas planas, tierra de piedras volcánicas salpicadas por la planta nacional de Namibia, Welwitschia mirabilis, especie endógena del país que sólo la encontrarás en estas tierras.

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– Damaraland, un sueño rodeado de elefantes

Llegamos a nuestro lodge típico africano en un precioso paraje de Palmwag y acabamos el día cenando acompañados de unos elefantes que se acercaron a tomar su ración de hierbas tan solo a pocos metros de donde estábamos nosotros.

Antes de irnos a dormir, justo en frente de nuestras cabañas tuvimos el placer de presenciar un show nocturno protagonizado por un elefante en busca de hojas, bajo un cielo inmensamente estrellado, la vía láctea y las altas palmeras africana. No se podía pedir nada más, fue perfecto.

– Skeleton Coast, un impresionante cementerio de barcos y animales marinos

De Damaraland nos empezamos a dirigir hacia la costa, y así de repente nos vimos envueltos en niebla y frío (encendimos la calefacción en el coche) en un desierto de arena blanca y pelada, con las olas del océano bravas a nuestra derecha.

Estábamos en el Skeleton Coast, el nombre hace justicia al lugar. Esta niebla fría y húmeda es la que hacía embarrancar a los barcos en la playa ya que impedía la visibilidad de tierra y sin saber que se acercaban a la costa africana, naufragaban.

Así que la costa de Namibia se ha vuelto un cementerio de barcos, así como de esqueletos de animales que llevados por las furiosas olas acabaron en la costa sin alimento donde murieron. Sus huesos ahora forman parte del paisaje dándole este nombre al parque natural. Desde vertebras de ballenas, espinas dorsales, cráneos de foca junto a los barcos oxidados y medio destrozados por la salinidad, el aspecto del lugar es escalofriante, pero vale mucho la pena darse una vuelta.

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Una vez cruzado Skeleton Coast llegamos a Cape Cross, donde se halla la mayor colonia de focas del mundo. Y atención, aquí las mascarillas puestas, no por ningún virus, ¡sino por el olor!

El aceite de la foca se queda impregnado en las rocas creando un hedor bastante fuerte. Pero lo bueno del lugar es ver tanta foca junta, amontonadas unas encimas de las otras y muy cerca. Se acercaban a nosotros y luego se iban corriendo entre gritos y sonidos guturales (bueno todo lo que puede correr una foca, que no es mucho). Las focas bebés eran las más curiosas, juguetonas y chillonas. Pasamos un buen rato a pesar del olor, pero debéis ir preparados con mascarilla y colonia.

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– Walvis Bay: Una bahía llena de vida

Otro de los puntos de la costa es una visita obligada es Walvis Bay, a unos 40km de Swakpomund. Esta pequeña ciudad fue parte de Sudáfrica hasta principios de este siglo cuando la administración pasó a manos namibias.

Aunque por la mañana se levante nublado frío y nublado, hacia las 11 de la mañana el cielo empieza a abrirse para entrever los rayos del sol. La ciudad está enclavada en una bahía lleno de flamencos y pelícanos, rodeándolo con hermosas casas con jardines. El ambiente es muy marino, relajado y con aires de bienestar.

Nos adentramos en las salinas hasta llegar a la punta de la costa donde se encuentra otra colonia de focas. Allí desembarcamos los kayaks y nos metimos en el agua con ellas. Un grupo bastante grande de focas nos recibió con piruetas, bailes y coreografías. Llenas de curiosidad se acercaban a nuestros kayaks para luego voltearse bajo el agua y enseñarnos sus aletas-pies. Otras nadaban de lado tocándose la aleta lateral con la aleta como si se tratase de nadadoras de natación sincronizada.

Fue una experiencia única, muy divertida y relajante. De vuelta a Balvis, recorrimos los salares de color rosa, hicimos volar a cientos de flamencos en la bahía, y seguimos a unos chacales que iban a la caza de focas, todo un espectáculo de colores y vida para los ojos.

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El desierto de Namibia

Un espectacular vídeo aéreo del desierto más antiguo del mundo y todo lo que le rodea. Si vas a viajar a Namibia, echa un vistazo.

– Namib Naukluft Park, el desierto más antiguo del mundo

Y para poner la guinda al viaje, nos dirigimos al Namib Naukluft park , en el desierto del Namib, el más antiguo del mundo.

He estado en casi todos los desiertos de arena del mundo, de hecho, vivo en uno de ellos ya hace años, pero jamás había visto tal inmensidad y voluptuosidad en unas dunas.

Este desierto tiene más de 65 millones de años, tiempo suficiente para que la naturaleza construyera a base de viento y sol tal belleza, unas curvas geométricas perfectas como si de serpientes deslizándose se trataran. Las arenas del Namib tienen un tono muy especial debido a su antigüedad, son entre un naranjado y rojizo, clara señal del paso del tiempo.

Para una amante del desierto como yo, fue el colofón poder pisar tal paraje, es de una hermosura conmovedora. Todo ello salpicado por bellos y tímidos Oryx, elegantes y gráciles se mueven por las arenas con esa liviandad característica de los antílopes. Y esta es la imagen que resumiría Namibia: un Oryx en una gigante duna roja.

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– Deadvlei: Acacias en un mar de arena

Para ya rematar la experiencia en el desierto del Namib, fuimos a visitar -ya con un sol abrasador en nuestras cabezas- Deadvlei, el lago muerto.

Entre sus dunas se encuentra unos de los lugares más misteriosos y surrelista que la madre naturaleza nos ha dado: un lago muerto donde perecen acacias de más de 900 años totalmente secas, pero ahí están, resistiendo el paso del tiempo y siendo testigos de la expectación y asombro humano.

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No se puede pedir más en un viaje. Tuvimos todas las caras de África, y aunque dicen que Namibia es África para principiantes, yo creo que es una África única. No se la puede catalogar en la Africa del Sahara, o la África central negra o la del este con sus parque naturales. Namibia tiene su propia clasificación: no hay ningún país parecido, nada semejante. Por sí solo es un país exclusivo e único.

GASTRO

1. Carne de antílope

De kudu o de oryx. La hacen a la parrilla o estafoda con diferentes salsa.

2. Cocodrilo

Existen granjas que los crían expresamente para comer. Puedes encontrar carne de cocodril en forma de bistec, hamburguesa… hasta pizza de cocodrilo.

3. Avestruz

Carne muy sabrosa, normalmente con tomate u otras salsas. 

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GALERÍA DE FOTOS

 Test de Covid para viajar a Namibia

Se requiere un test con resultado negativo realizado 72hrs antes de aterrizar. En el caso de necesitar test para volver al país de origen, los Laboratorios Path Care son muy efectivos y de alta calidad. Puedes encontrar en diferentes ciudades del país. Los certificados se reciben por email o se pueden recoger en cualquiera de sus centros mostrando el pasaporte.

 Visado para entrar en Namibia

Los españoles no necesitan visado para entrar al país pero debes fijarte, como siempre, que tu pasaporte tenga una vigencia de 6 messes desde la fecha en la que vas a viajar.

 Vacunas antes de viajar a Namibia

Para viajar a Namibia no es obligatorio ponerse ninguna vacuna a no ser que vengas de un país donde la vacuna de la fiebre amarilla sea obligatoria. De ser así deberás llevar tu carnet de vacunación que lo acredite.

Además, como siempre que se visitan países tropicales, en desarrollo o donde las condiciones de salubridad no siempre son las mejores, aconsejamos tener al día la vacuna del tétanos, fiebres tifoideas, hepatitis A+B y cólera

Como siempre, no olvides tu seguro de viaje e infórmate acerca de todo lo necesario en cuanto a salud viajera en este artículo.

 Mejor época para viajar a Namibia

Los mejores meses para viajar a Namibia son los meses que comprenden la estación seca, de abril a noviembre. En cambio, de diciembre a marzo, durante la estación de las lluvias, aunque es temporada baja, quizá no disfrutes de sus paisajes en total plenitud.

 Dónde dormir en Namibia

Namibia tiene hoteles y lodges de la más alta calidad, enclavados en lugares de ensueño. Es por tanto, un país estupendo para descansar mientras viajas. Hay lugares para todos los presupuestos.

 Seguridad

Namibia es un país bastante seguro aunque como en la mayoría de países, incluído el nuestro, recomiendan ir con cuidado en su capital bien entrada la noche.

Si quieres más información acerca de viajar a Namibia, la web del Ministerio de Asuntos Exteriores de España te da consejos referentes a sanidad y seguridad.

 Moneda

En Namibia hay cajeros automáticos, oficinas de cambio de moneda y se puede pagar con tarjeta sin problema, aunque siempre es conveniente preguntar.

Te recomendamos nuestro artículo de las mejores tarjetas para sacar dinero en el extranjero para que descubras las mejores tarjetas para usar en tus viajes.

 Comida

Si hay algo en lo que Namibia es especialista, junto con Sudáfrica, es la comida de Safari, o Game drive steak como lo llaman en inglés. Tiene una fuerte influencia inglesa y alemana (Fish and Chips y salchichas por doquier). En Namibia puedes encontrar todo tipo de carne, son los reyes de las barbacoas, sobre todo de platos tan diferentes para nosotros como la carne de antílope, de cocodrilo o de avestruz.

Esperamos que este artículo y sus fotografías te ayuden a decidirte a viajar a Namibia. Es un país muy seguro, diferente y que lugares imposibles de ver en otra parte del mundo. ¡Buen viaje y buenas fotos!

ESCRITO POR:
Laia López

Fotógrafa y team leader de una de las mejores agencias de viaje de Medio Oriente, Laia recorre los países menos habituales de los circuitos turísticos y nos lo cuenta en TRAVELPHOTO MAGAZINE.