La ruta de la Seda II: Turkmenistán

Visitamos Turkmenistán, donde sólo pueden entrar 12.000 turistas al año

• Equipo: Zoom (retrato), angular y trípode
• Visado: A través de agencias locales de viaje
• Presupuesto:  40-80€ por día*
• Vacunas: No obligatoria*

No es fácil ubicar Turkmenistán en el mapa, y mucho menos acceder. Junto a Corea del Norte, son los países más aislados del panorama internacional, dirigidos por ególatras e infantiles dictadores que tienen por bandera la falta de libertades personales y la represión. Quizá Turkmenistán no es tan extremo como Corea del Norte, pero no hay mucha diferencia entre ellos.

Turkmenistán turismo limitado

Viajar a Turkmenistán no es tarea fácil ya que el gobierno sólo da permiso de entrada a unos 12.000 turistas al año y muchas son las peticiones de visas canceladas sin motivo aparente, y por supuesto, sin ninguna explicación.

Turkmenistán formó parte de la URSS hasta la caída de esta, donde todas las Repúblicas de Asia Central alcanzaron la independencia. Este país asiático esta bordeado por Irán, Uzbekistán, Afganistán y Kazajistán. Su valor reside, ante todo, en ser uno de los puntos más influyentes de la Ruta de la Seda junto a su vecina Uzbekistán. Las ruinas de Merv y Nisa son de los pocos testigos que siguen en pie. Además, está asentado encima de una gran reserva de gas, la cuarta en el mundo para ser más exactos, dato importante para entender su capital.

Turkmenistán provoca sentimientos encontrados cuando la visitas. Es quizá uno de esos lugares a los que no volvería. Con una visita es más que suficiente, pero vale la pena. Lo que experimentas en este país es muy único, y muy raro en general. De aquellos lugares que no dejan indiferente pero que tampoco repetirías muy a la ligera.

Como ya he comentado anteriormente, el país está dirigido por un dictador megalómano, de gustos extravagantes y estrafalarios, que lo ha sumido casi en una obra de teatro, donde cada uno tiene su papel y si decides desviarte o alzar la voz, serás brutalmente reprimido. No hay espacio para ideas alternativas.

QUÉ VER EN TURKMENISTÁN

– Asjabad la ciudad hecha de mármol

La capital Asjabad (Ashgabat), es una clara representación de esta obra teatral. Es quizá una de las ciudades con más records Guinness mundiales absurdos, como por ejemplo la mayor concentración de mármol blanco en edificios por Km2. Sí, tal cual.

La ciudad se divide en dos, la parte nueva y la vieja con todavía vestigios del comunismo, aunque se hayan intentado disimular.

En la capital de Turkmenistán podemos encontrar la mayor concentración de mármol blanco en edificios por Km2.

La parte nueva, Berzengi, es quizá uno de los lugares más extraños e insólitos que haya visto. Es una ciudad cuyo brillo es debido a la cantidad de mármol blanco en avenidas extensas de diez carriles bordeadas por edificios que representan instituciones públicas. Y he aquí lo estrafalario del lugar: Cada institución es representada con simbolismos arquitectónicos. Ahí van varios ejemplos: El ministerio de Educación tiene forma de libro, el de energía un mechero, el banco central de moneda, y hasta el hospital odontológico es la representación de una muela. También nos podemos encontrar cohetes que hacen de termómetro gigante y un edificio entre futurista y rocambolesco que es el Palacio de la Felicidad, donde se celebran las bodas civiles de las felices parejas turkmenas.

Toda esta magnificencia entre lo kitsch y lo hortera está rodeada de un silencio absoluto. No hay ni un alma viva, o al menos que se deje ver por estos lugares. Es casi una ciudad fantasma. Avenidas completamente desiertas, parques y zonas verdes donde tan sólo los arboles disfrutan. No hay nadie.

Las regulaciones sobre lo que se puede fotografiar y lo que no, rozan un poco el sin sentido. Por ejemplo no se puede fotografiar directamente a ningún monumento que represente al presidente.

La sensación es como estar en una película futurista post-apocalíptica como los Juegos del Hambre. La presencia de los militares es bastante escénica, con esa sensación de que en cualquier momento se van a acercar para decirte que no más fotos. Las regulaciones sobre lo que se puede fotografiar y lo que no roza un poco el sin sentido, como por ejemplo no se puede fotografiar directamente ningún monumento que represente el presidente.

Después de ver toda esta fastuosidad gracias a las reservas de gas, nos desplazamos a la parte vieja. Aquí sí que se ven las grietas y el desconche del sistema, que hace aguas por todas partes. Los turkmenos son una población muy pobre, con salarios mínimos insultantes que apenas llegan para alimentar a las familias.

– El camino de la salud

Otro de los lugares curiosos es el Camino de la Salud. Es una especie de camino/calzada a las fueras de la ciudad, concretamente recorre una parte de las montañas. A lo largo del paseo vas encontrando estatuas de oro que representan diferentes animales como una cobra, pavos reales, cabras. El anterior presidente quiso con esta obra asegurar que los turkmenos llevaban una vida sana, así que obligó a todos los miembros de su administración a recorrerlo.

Una vez que estas allí, intentas buscar el sentido a este paseo, pues no es que precisamente disponga de unas vistas espectaculares. Como todo en Asjabad, es un lugar no menos que raro, y como viene siendo la tónica, estaba totalmente vacío.

– Mercado Tolkuchka

Después de estar un día recorriendo lugares extraños nos fuimos al mercado, único lugar con gente y con cierta normalidad. Allí es donde pudimos ver turkmenos haciendo vida cotidiana. Está a las afueras de la capital, se llama Tolkuchka y es el típico bazar de Asia central. Todo tipo de productos desde alimentación, utensilios para la casa, hasta animales de granja. Es el único momento del viaje en que podemos actuar algo más con los locales, pero poco ya que no hablan inglés.

– Las Puertas del Infierno

Después del recorrido por la capital, al día siguiente nos subimos a un 4×4 y nos fuimos a lo que viene ser la principal atracción turística del país, el pozo de Darvaza, también conocido como las Puertas del Infierno.

El pozo de Darvaza es un cráter de 70 metros de diámetro que desprende gas en medio del desierto de Karakum descubierto por los soviéticos. Para acelerar su evaporación le prendieron fuego, pero 50 años más tarde sigue ardiendo. Y no parece que vaya a extinguirse pronto. Cerca del cráter hay una serie de yurtas que se utilizan como casa de huéspedes para pasar la noche. También se puede acampar con tiendas, pero hay que prestar atención al clima, pues en primavera las noches siguen siendo frías en el desierto y en el verano muy calurosas.

Yo visité el país en marzo, y cuando me desperté la tienda estaba cubierta de escarcha de hielo, así que se necesita un buen saco de dormir para pasar la noche cómodamente. Muchos turistas van a ver el cráter de día y luego se van, pero lo que vale la pena realmente es pernoctar allí, y admirar el cráter de noche. Las llamas danzan brillantes y luminosas en medio de la oscuridad de la noche. El cielo es brutalmente estrellado, así que la atmosfera que se crea es entre misteriosa y fantástica.

– Nokhur

Seguimos con nuestro recorrido hasta llegar a Nokhur o Nohur. Es una ciudad muy muy pequeña, casi un pueblo en medio de un hermoso paraje. Las montañas estaban todavía cubiertas por los últimos retazos de nieve del invierno, creando un paisaje bastante pintoresco.

La tribu que vive en esta área son los llamados Nohurli, que creen que son directos descendientes de Alejandro Magno. El lugar tiene un par de punto de interés, uno es el cementerio y otro la cueva santuario de KyzBibi.

El cementerio es bastante curioso y único, las tumbas de los hombres son coronadas con cuernos de cabra en la lápida, una tradición tan antigua que marca tiempos preislámicos. Creen que la cabra es un animal fuerte mental y físicamente, por eso colocan los cuernos para dar fuerzas al fallecido para la otra vida.

Por su parte, una leyenda cuenta que la doncella KyzBibi fue tragada por las montañas para salvarla de los invasores o de un matrimonio sagrado. Allí donde desapareció hay una pequeña cueva dedicada a ella y según los habitantes del lugar es un lugar sagrado. Fuimos huéspedes de una familia donde nos cocinaron platos típicos turkmenos y, a pesar de la barrera del idioma, fueron extremadamente generosos y muy buenos anfitriones.

– Merv, la ciudad que sostiene el mundo

Volvimos a la carretera de vuelta a la capital para un vuelo interno entre Ashgabat y Mary para poder visitar las ruinas de la ciudad de Merv y cruzar por la frontera terrestre a Uzbekistán (toda una experiencia cabe decir). Merv es quizá desde el punto de vista histórico la parte más importante del país.

Merv tiene más de 4.000 años de historia y en su día fue la ciudad más grande del mundo y uno de los puntos más importantes de la ruta de la seda en s.XII. La ciudad tiene varias capas donde los arqueólogos pueden distinguir diferentes etapas en el crecimiento de esta. El hijo de Genghis Khan la destruyó llevándose por delante más de 700.000 vidas y dejando una ciudad completamente arrasada y casi abandonada.

Después de la invasión mongola nunca llego a tener el esplendor de su pasado y en el s.XIX fue totalmente abandonada. En sus años gloriosos de la Ruta de la Seda era una ciudad dedicada al comercio textil y al desarrollo cultural, convirtiéndose en el centro de reunión de poetas, físicos, músicos, medicina y en uno de los más importantes enclaves del islam de la época.

Pocos edificios se sostienen actualmente en pie, pero podemos destacar dos: El kyz Qala y el mausoleo del Sultan Sanjar, una autentica pieza de arte. Darse una vuelta por estas ruinas, es recorrer 4.000 años de historia de una estacada, en su época gloriosa fue llamada “La ciudad que sostiene el mundo”.

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