Darra Adam Khel: ¿Qué arma quieres comprar?

El bazar de armas más grande del mundo

Sí, también fabrican armas. Y además muy bien. El comercio de armas en Darra Adam Khel comenzó en 1897. Casi tres cuartas partes de su población se dedica al comercio y fabricación de armas. Y lo hacen de manera familiar y artesana, «como las familias en Asturias fabrican el queso de Cabrales».

Es un mercado que usa métodos de fabricación artesanal que se transmiten de padres a hijos. Aquí no se dan las condiciones idóneas para crear un queso como el de las montañas asturleonesas. Estas montañas son montañas de guerra por tradición. Por suerte, las cosas están cambiando en la actualidad.

«Copiamos cualquier arma en 10 días»

Darra Adam Khel es una ciudad controlada y gobernada por miembros de la tribu pastún. Sus ruidosas calles se mueven al ritmo de fresadoras, martillos, lijas y cantos de comerciantes ofreciendo sus productos. Cada día se fabrican entre 400 y 700 armas que sirven de abastecimiento a los locales y a las milicias del país vecino, Afganistán. «Hago copias de Zigana, Beretta y Glock por entre 7.000 y 10.000 rupias (entre 39 y 55 euros). Mis pistolas son realmente buenas. Garantizo que funcionan como las originales». Esto decía Gulab Khan, hijo y nieto de armeros mientras exhibe orgulloso en sus manos el famoso AK-47.

Niños y mayores fabrican copias de armas igual que en china copian cualquier marca de ropa o producto tecnológico. Pero aquí la copia sirve para matar, literalmente, al enemigo.

Mediante el uso de sencillas herramientas manuales y medios de trabajo anclados en épocas pasadas, en Darra Adam Khel son capaces de copiar cualquier arma que caiga en sus manos en tan sólo 10 días. Son copias que funcionan a la perfección y cumplen su principal objetivo. Esta perfección no se limita al mecanismo de acción, también incluyen la marca, el número de serie y todo aquello que caracteriza a los distintos modelos que pasan por sus manos.

Una vez copiada el arma que aún no tenían en su catálogo, crean un molde con el que consiguen fabricar este modelo en tan sólo 3 días. Un fusil de asalto M-16 cuesta unos 165 euros, mientras que el afamado AK-47 puede conseguirse por lo que cuesta pasar una tarde en el cine con tus hijos en occidente.

También puedes comprar pistolas, revólveres y armas antiaéreas. El armamento pesado, en cambio, ya no está permitido. «Hemos estado haciendo esto desde que los británicos gobernaban aquí, mi padre y su padre antes que él», dice Banat Khan, de 67 años, propietario de una tienda de armas.

Viajar a Darra Adam Khel no es sencillo

Si tienes la idea de hacer una visita a «la ciudad de las armas» debes tener en cuenta que no podrás hacerlo por ti mismo. Incluso con ayuda de un local te va a costar mucho trabajo acercarte a sentir cómo se vive en sus calles abarrotadas de tiendas de armamento.

En caso de que llegues por tu cuenta, y sin haber sufrido ningún percance en el camino, lo más seguro es que te expulsen de la ciudad. Hoy en día el turismo no está permitido principalmente por la falta de seguridad existente en la zona. Pero aquí, como en tantos otros lugares del mundo, el dinero puede convertir tu deseo de visitar la ciudad y su bazar de armas en realidad. Incluso podrás probarlas si está en tu lista de «cosas que hacer en Darra Adam Khel».

Darra se encuentra en el norte, a tan sólo 45km de Peshawar y a unos 200km de Islamabad, la capital del país. Durante 150 años, el mercado negro de armas floreció en esta ciudad debido en gran parte a que se localiza en un «Ilaaqa Ghair», o tierra de nadie, donde las leyes del país no tenían aplicación, mientras que se regían por unas tiranas leyes coloniales. Leyes que por ejemplo negaban a las personas derechos básicos y ejecutaba castigos colectivos contra tribus enteras por delitos cometidos por un individuo.

En la actualidad, parece que la situación está cambiando tras la aprobación en 2018 de una ley que pretende fusionar las regiones tribales con la provincia de Khyber Pakhtunkhwa. Es este un paso clave para poner fin al criticado sistema de gobernanza de la región y a la libre venta de armas. «Hemos estado viviendo nuestras vidas según las tradiciones durante muchos años, y nos ha ido bien», señala Akharwal, cacique tribal contrario a esta fusión. «Ahora, si traemos tribunales u otros sistemas aquí, cosas con las que no estamos familiarizados, afectará nuestra libertad. Nuestras tradiciones también se verán dañadas».

Este comentario pone de manifiesto la delicada situación de los habitantes de la ciudad armada. Muchos de ellos no han ido a la escuela y la fabricación de armas ha sido su principal quehacer diario desde que casi aprendieron a caminar. En cambio, otros comerciantes han podido adaptarse al cambio y transformar su taller de copia de armas en fábricas de calzado e incluso se ha llegado a abrir una librería. Un lugar donde las armas sólo hacen daño en la imaginación.

Te dejamos el trailer de la película «Son of a Lion», una película australiana-paquistaní de 2007 ambientada en Darra Adam Khel , donde se cuenta la historia de un niño pastún que quiere ir a la escuela en lugar de seguir con el negocio familiar de la fabricación de armas.

Fuentes: “Home Grown” Weapons escrito por Aqab Malik, Al Jazeera, Arabnews y Efe.
Fotos: Asad Hashim/Al Jazeera, Arabnews.

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