Mauritania

Mauritania y el tren del desierto. Viaje de impacto

• Equipo: Zoom (retrato) y angular
• Visado: On arrival, 50€
• Presupuesto:  50€*
• Vacunas: No obligatoria*

Hace más o menos de un año me llegó un vídeo, The Mauritania Railway; backbone of the Sahara. Había oído algo sobre este tren, pero nunca presté mucha atención hasta que vi este vídeo. Es una producción de Miguel de Olaso, un compatriota de gran reputación en videografía y documentación.

Me llamo la atención la fotografía e imagen, de una gran belleza, que se quedó grabada en mi cabeza como un lugar a visitar en muy corto plazo. Y a veces la vida te concede los deseos: unos 10 meses más tarde estaba subida en un avión dirección Mauritania.

Qué ver en Mauritania

Mauritania, asentada el 90% del país en del desierto del Sahara y bordeando el mar por la parte oeste, fue parte del Reino de los Bereberes y los Moravides, que acabaron extendiéndose hasta la Península Ibérica. Cruce de culturas y tribus, Mauritania contiene una de las 7 ciudades sagradas del islam, Chinguetti. Conocida en su día por ser el punto de salida de peregrinaje hasta la Meca, el cual duraba 6 meses cruzando el inclemente y a la vez bellísimo desierto del Sahara.

La ruta que diseñamos se concentró en el norte del país, la región de Adrar, ya que la principal atracción del viaje era el tren, y este se encuentra casi en la frontera del Sahara Occidental. Aterrizamos en la capital Nuakchot después de un tránsito de 9 horas en Casablanca. Llegamos bien entrada la madrugada, así que no pudimos apreciar nada, pero sí que nos llamó la atención las tiendas abiertas 24/7.

A la mañana siguiente nos vinieron a buscar nuestros magníficos conductores con los que nos recorreríamos parte del país en 8 días. Salimos de la capital bastante temprano ya que los primeros puntos de interés se encontraban a 7 horas de distancia. Hicimos una parada para estirar las piernas y tomarnos el primer de té de tantos que nos tomaríamos a lo largo de nuestra aventura, es la bebida nacional. Es todo un ritual observar como lo preparan, se toma en tres rondas y de manera sosegada, pues si algo no existe en Mauritania es la prisa.

Chinguetti

Nuestra primera parada fue en la histórica Chinguetti, que como ya mencioné anteriormente, es una de las ciudades más importantes para el Islam. La ciudad hoy en día todavía desprende esos aires de gran relevancia que tuvo en la Edad Media, fue centro de encuentro de religiosos, comerciantes y filósofos de la época. Alberga un tesoro de valor incalculable, y no se trata de metales o piedras preciosas, sino de manuscritos del s.XIII-XIV. Libros de astronomía, álgebra, medicina y poemas, así como diferentes manuscritos del Corán. Una auténtica joya en medio del desierto, custodiado por su guardián, el cual nos recitó una serie de poemas en árabe que nos dejó a todos anonadados a pesar de no entender una sola palabra. La biblioteca de Chinguetti es visita obligada sin duda alguna.

Después de recorrer sus calles e interactuar con sus gentes, nos fuimos a pocos kilómetros fuera de la ciudad donde se encuentra la que fue la vieja Chinguetti, hoy en día está totalmente soterrada bajo las dunas del desierto. Lo único que está todavía en pie es la antigua mezquita. En ocasiones, cuando el viento sopla muy fuerte se puede ver algunas piedras que sobresalen de las dunas, son las antiguas casas que tratan de mostrarse otra vez, pero el desierto con toda su fuerza y bravura las vuelve a cubrir. Una clara evidencia del poder indiscutible del Sahara.

Dejamos Chinguetti y sus alrededores con muy buen sabor de boca, pero teníamos que seguir en nuestro itinerario. Una vez más subimos en los 4×4 con las ruedas ya un poco desinfladas. Nos esperaban dos horas de conducción atravesando el desierto, uno de los momentos a resaltar del viaje. Todo el trayecto fue un espectáculo entre el color naranja de la arena y el azul del cielo…salpicado por camellos y las tiendas beduinas de los nómadas.

Construcciones en el desierto. Laia López

Oudane

Llegamos a nuestro nuevo destino, Oudane, una ciudad en ruinas situada a lo largo del precipicio de la colina, característica que la hace bastante interesante y espectacular a la vez. Al igual que Chinguetti , Oudane es patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y fue uno de los centros de parada de las caravanas que transportaban sal y metales preciosos para su comercialización. Con un par de horas se puede visitar, dar una vuelta a la “nueva” ciudad y conocer a su gente.

Canon 6D MarkII con 70-200. Laia López

Cerca de Oudane, se encuentra «el ojo de África» o la estructura de Richat. Es una formación geológica que es visible desde el espacio y que tiene forma de ojo de buey, una vez allí in situ no se puede percibir exactamente lo que se ve en las fotografías áreas de la NASA, pero sí que es cierto que el paisaje es bastante fuera de lo común.

Atar

Seguimos nuestra ruta por el norte hasta alcanzar Atar, una ciudad sin mucho que ver, solo la mezquita y el mercado. Pero allí hicimos noche ya que muy cerca se encuentran unos asentamientos moriscos que visitamos. También necesitábamos descansar bien esa noche ya que al día siguiente nos esperaba una de las aventuras de nuestra vida: recorrer 500 kilómetros a lo largo del desierto del Sahara subidos en el tren de carga más largo del mundo.

El tren de carga más largo del mundo

Con casi 3km de vagones, este tren es considerado uno de los más peligrosos por las condiciones extremas en las que recorre el desierto, en verano se sobrepasan los 40 grados de largo, y en invierno se llega a los cero grados por la noche.

El polvo, tanto del hierro como de la arena, son inclementes a los ojos humanos. Con estas características está claro que no es un tren para pasajeros, es un tren que viene directamente de las minas de hierro del norte del país finalizando el trayecto en la ciudad portuaria de Nouadhibou . Este hierro será cargado en barcos para su posterior exportación.

El tren también es un medio de supervivencia para la población nómada que vive en lugares remotos, lo usan principalmente para transportar las mercancías que venderán en los pueblos vecinos. Es totalmente gratis, eso sí, tienes que aguantar 12 horas sentado en una pila de hierro… Visto de esta manera no suena muy alentador, pero una vez que estas allí subido, la adrenalina no para de correr por tu cuerpo.

Nos preparamos muy a conciencia para este viaje, estábamos entre excitados y nerviosos por la aventura que nos esperaba, esta oferta de turismo en Mauritania es muy tentadora. Alrededor de las 12 de la noche estábamos delante de las vías del tren en un pueblo remoto sin apenas instalaciones, totalmente envueltos con los pañuelos en la cabeza al estilo tuareg y unas gafas de protección para los ojos. El guía local preparó bolsas con mantas y comida. A lo lejos vimos cómo se acercaba la luz de la locomotora y de repente un monstruo de metal enorme pasó por delante de nosotros hasta que varios minutos después paró por completo.

Y allí, como si de fugitivos se tratara, nos subimos al vagón, aterrizando en la montaña de hierro donde pasaríamos las siguientes 12 horas de nuestra vida. Ahmed, nuestro guía, alisó un poco el hierro para que pudiéramos estirarnos. Y allí estábamos los cinco, tumbados boca arriba en una pila de hierro, totalmente hipnotizados observando la inmensidad del cielo oscuro y sus millones de estrellas salpicándolo, el famoso cielo estrellado del Sahara. Es conmovedor, te deja sin aliento.

Dormimos muy pocas horas, la salida del sol era a las 06, así que nos sentamos a observar el paisaje mientras el sol nos iba calentando después de la fría noche. Con la luz del día pudimos ver claramente la longitud del tren, era infinito. Como una serpiente de metal, se doblaba en las curvas con la misma gracia de esta, deslizándose por las finas y naranjas arenas del Sahara.

Llegamos a destino cansados, sucios y doloridos, pero con una sonrisa de oreja a oreja, felices como niños por haber vivido esta aventura tan poco común.

En este enlace puedes leer un artículo sobre el tren de carga más largo del mundo.

El tren de carga más largo del mundo. Laia López

Nouadhibou

Después de una ducha, o dos, salimos a visitar la ciudad portuaria de Nouadhibou. El mercado de pescado en el puerto es de gran interés, es fascinante ver todo el movimiento de barcos, como descargan el pescado, las paradas de venta … un puerto con muchísima vida ya que es uno de las principales fuentes de ingresos de la ciudad.

Al día siguiente ya nos dirigimos de vuelta a la capital, Nuakchot. Recorrimos la carretera de la costa, y a lo largo del camino pudimos presenciar una vez más la magnificencia del paisaje… las salvajes dunas del Sahara se encontraban con el Océano Atlántico.

El turismo en Mauritania no sólo tiene el tren de carga más largo del mundo, sino que tiene mucho más que ofrecer: sus gentes, su historia, gastronomía y su paisaje, hacen que este lugar desconocido se pueda convertir en una aventura de alto impacto.

Pescado secando al sol en la costa. Laia López

¿Es seguro viajar a Mauritania?

Mauritania ha estado varias veces con luz roja, pero en los últimos tiempos han hecho esfuerzos titánicos para mejorar la seguridad. En las carreteras hay controles cada 20 km aprox, es una manera de controlar el tránsito de gente, sobretodo de los turistas para que no haya incidentes.

Leyendo las recomendaciones que da el Ministerio de Asuntos Exteriores de España sobre el turismo en Mauritania, entendemos que en la zona formada por el cuadrilátero comprendido entre Cheggat en el Nordeste, Ain Bentili en el Noroeste, Dhar Tichitt en el Sudoeste y Lemreyye en el Sur, está establecida una “Zona Prohibida” por el Ministerio de Defensa mauritano desde el 12 de julio de 2017,  y que en dicha zona está absolutamente prohibido circular con el riesgo de ser tratado, en caso contrario, como objetivo militar.

Nosotros hemos estado y hemos recorrido una pequeña parte del país sin problemas, en esta ocasión, también íbamos con guía, lo que facilita mucho las cosas y no vivimos ni vimos ninguna situación de peligro, recomendamos el turismo en Mauritania sin ninguna duda, incluso sin guía por supuesto, pero te será más difícil y te llevará más tiempo hacer determinadas cosas.

La gente

La gente en Mauritania es amable y muy curiosa, como siempre, los niños disfrutan delante de la cámara.

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