Este es el secreto y origen de la salsa brava
Imagina una tarde en Madrid. El sol se esconde lentamente detrás de los edificios mientras las calles se llenan de vida. Grupos de amigos ríen en las terrazas, el aroma del jamón recién cortado flota en el aire, y en cada mesa, siempre, hay un plato irresistible: las patatas bravas. ¿Pero qué sería de este clásico sin su alma, sin esa salsa que enciende los sentidos y provoca aplausos entre los comensales? Hablemos de la reina indiscutible de las tapas: la salsa brava.
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Una sencilla salsa, con un toque de pimentón, ajo y un suave picante, se convirtió en un fenómeno. Como muchos grandes inventos, su origen exacto se pierde entre las historias, pero lo que queda claro es que la salsa brava conquistó Madrid y luego, el mundo entero.
La salsa brava no es una salsa cualquiera. No. Tiene carácter, tiene «chispa». Es el James Bond de las salsas, porque es clásica, pero con una potencia que te sorprende en cada bocado. Debe ser suave, pero con una personalidad que destaque sobre las patatas, su principal acompañamiento aunque no el único.
¿Dónde nación la salsa brava?
Aunque su lugar de nacimiento se ubica en Madrid, la salsa brava es todo un enigma. Su nacimiento se sitúa en las tabernas madrileñas durante los años 60, un tiempo en el que los bares competían por atraer a los clientes con tapas novedosas. La historia más veraz y que se acepta como origen de la salsa brava ocurrió en 1963, en el mítico Bar Anci de la calle Alcalá.
Entre chascarrillos, comandas cantadas, cañas bien tiradas y patatas de fritura perfecta, nacía una salsa brava única y diferente, con sabor a rojo picante y bar castizo, que años después tendría nombre y apellido: Salsa Brava Juana Madrid.
Esta receta de tradición familiar, que durante más de 50 años se vendió tras la barra de este emblemático local sobre la boca de metro de Pueblo Nuevo, pasó por tres generaciones, de abuelo a nieta, y ahora, para suerte de todo el mundo, llega a nuestros hogares.
La salva brava original llega a tu casa
Cuando en 2018 cierra el Anci, Ana y su pareja, Juanma -también con orígenes hosteleros- decidieron lanzarse a la aventura de fabricar y distribuir esa salsa de éxito que los clientes pedían para llevarse a casa. De esta forma, esa brava tan deseada no desaparece, sino que se transforma para estar al alcance de todos: envasada en botellas de 220 ml que se distribuyen en pequeños comercios y mediante venta online.
Empezaron por ponerle nombre a la receta familiar, “Juana”, un nombre que transmite aplomo, personalidad, y fortaleza; la misma de la que hay que hacer uso para emprender. Y decidieron compartir nombre con Juana de Castilla, que, aunque fuera tomada por loca, a ojos de muchos fue inteligente, valiente y cuerda. Esa mezcla entre locura y cordura representa mucho de la marca. En cuanto al apellido, se decidieron por “Madrid”, su ciudad, donde las bravas son una seña de identidad.
Las 6 variedades Juana Madrid
Ana y Juanma querían mantener el sabor 100% de aquella salsa auténtica, con base de pimentón y picante moderado, y ahí, al chup chup, cada día en una pequeña marmita, nace Juana Madrid Brava Original; pero se dieron cuenta de que había quien buscaba más ‘fuego’ y quien, por el contrario, necesitaba menos para mojar esas croquetas o acompañar sus patatas caseras … y así surgieron sus versiones Brava Extra Picante y la Brava Suave.
Sin embargo, el carácter curioso y las dotes culinarias de ambos, que crecieron tras las barras de los negocios familiares, les hicieron seguir investigando y su gama ha seguido creciendo al sumar a la gama original tres sabores diferentes más -6 variedades en total- que ofrecen una gran versatilidad para todo tipo de recetas.
La Brava Trufa y Miel es dulce, aromática e ideal para carnes al horno, en barbacoas o para darle un toque especial a las pizzas. La Brava Mango y Curry es picante y exótica, tiene un buen mestizaje hindú-madrileño y queda fenomenal con mariscos, pollo, cerdo o arroz basmati. Y la Brava Cilantro & Chile es mariachi y rock & roll, con auténtico chile serrano, un picante intenso pero distinto al de la original, que los valientes no se pueden perder con tacos, enchiladas, fajitas, nachos con queso… “y todo lo que suene chingón”. Las seis son sin gluten y sin lactosa.
¿Dónde comprar la salva brava Juana Madrid?
Juana Madrid vende directamente estas 6 variedades en su tienda online a un precio de 6 € cada botella de 220 ml de las tres originales; a 6’49 € las de sabores; y tienen packs de 4 unidades -combinadas o no- desde 20 €, que se presentan en una caja de cartón personalizada ideal para regalar.
En la misma web venden tote bags con la imagen castiza de su Juana con el logo original y una edición especial diseñada por Álvaro Pérez-Fajardo. Envían a toda la Península, Ceuta y Melilla; y también se pueden encontrar en tiendas especializadas en picantes, productos gourmet, carnicerías… Además de llegar a particulares, tienen un formato para hostelería que ya enriquece las patatas, bocadillos, hamburguesas y otras raciones en bares y restaurantes por toda España.
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