¿LAS MEJORES JUDÍAS CHINCHONERAS? EN EL MESÓN CUEVAS DEL VINO
Entre la variada carta de este templo de la gastronomía tradicional española, sobresale uno de los guisos más populares y solicitados por la clientela, sabedora de que en esta casa se prepara con mucho esmero: las judías chinchoneras, un plato contundente, sencillo y de un sabor intenso. Como no podía ser de otra forma, hay varias historias detrás de este manjar, que se elabora cada día desde bien temprano en el Restaurante-Museo Mesón Cuevas del Vino.
Desde su reciente inauguración, este exclusivo rooftop ha logrado captar la atención de quienes buscan una escapada diferente sin salir de la ciudad. Ahora, Inhala Terraza se suma a la Foodie Black Week, el evento gastronómico que transformará Madrid en un festín de sabores del 31 de marzo al 6 de abril.
Durante esta semana, los amantes de la gastronomía podrán disfrutar de una propuesta culinaria especialmente diseñada para la ocasión: un Menú de Pinchos que reinterpreta la tradición con un toque de sofisticación.

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Un producto de calidad que acompañe a la base de este plato
Lo que sí que no puede faltar es un producto de calidad que acompañe a la base de este plato. Tanto el chorizo como la morcilla se elaboran artesanalmente en el Mesón, algo fundamental para obtener un resultado final óptimo. La elaboración de este plato requiere paciencia, cariño y mucho mimo.
Cada día, desde bien temprano, se prepara una buena olla con agua, hueso de codillo de jamón ibérico, tocino ibérico salado y unas tres o cuatro cabezas de ajo fino de Chinchón enteras para obtener el caldo, que se cocina durante unas cuatro horas.
Cuando ya se ha obtenido la consistencia y el sabor deseados en el caldo, se le añaden las judías, y se dejan cociendo unas dos horas. Casi al final, se le añade un sofrito a base del mejor pimentón de la Vera, y ajos finos cortados en láminas. Estos ajos, tienen una piel de color nacarado, que cuando se extrae, deja salir ese olor característico del ajo de Chinchón, y que va a hacer que el guiso se impregne de su sabor.
Veinte minutos antes de servir las judías, se añaden los chorizos cortados en trozos, y las morcillas enteras. Basta con pincharlas un poco para que suelten su sabor y no se deshagan. Cuando se van a servir, se trocean y se añaden a cada plato.
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Un guiso con un caldo meloso
Queda disfrutar de un guiso con un caldo meloso, con el que apetece juguetear un poco con la cuchara para acomodar un poquito de cada ingrediente antes del siguiente bocado. Entre cucharada y cucharada, se recomienda un trocito de buen pan candeal horneado en el horno de leña. Y como en todos lados, hay costumbres y tradiciones entre la clientela habitual del Mesón.
Hay quienes prefieren las judías del día anterior. Esto se debe a que el caldo está más asentado, con una textura un poco más densa, que es del gusto de algunos fieles comensales que saben que aquí van a disfrutar de las judías chinchoneras originales, acompañadas de un buen vaso de vino de la casa servido en pellejito. Todo detalle ayuda a que la experiencia gastronómica del comensal se lleve al límite.
Como uno de los platos más populares del menú, las judías chinchoneras son una elección ganadora si lo que se busca es probar una receta de siempre, de las de casa.
Un plato que recuerda a la infancia, a esos domingos en casa de los abuelos, todos en torno a una buena olla de guiso preparado con productos de primerísima calidad y con un sabor excepcional. Esto es lo que disfrutará en cada cucharada si viene a probarlas al Mesón Cuevas del Vino.
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